Cuenta la leyenda que en la hoy se conoce como calle Strachan de Málaga y llamada en tiempos pretéritos calle del Desengaño, se originó una frustrada historia de amor que aún resuena en cada rincón de esta famosa vía malagueña.

Yasmina era una joven musulmana de incomparable belleza que atraía la mirada de numerosos pretendientes. Benjamín, un muchacho de origen humilde que abandonó su hogar para labrarse un futuro en Málaga.

Cuando llegó a la ciudad, Benjamín decidió alojarse en una modesta posada de la calle del Desengaño. Una decisión que marcaría su destino para siempre. Allí comenzó a trabajar y  aprender la profesión bajo las órdenes de Carmen, la dueña de la posada. Además, a pocos metros de distancia vivía Yasmina y, al poco tiempo, sus destinos se entrelazaron.

Benjamín y Yasmina, tras un encuentro casual, quedaron prendados el uno del otro enamorándose a primera vista. El amor creció, y Benjamín propuso matrimonio, pero la familia de Yasmina, especialmente su estricto padre, se opuso a la unión y la recluyó.

Con el tiempo, Benjamín se resignó y decidió volcar todo el amor que sentía por Yasmina en la cocina y en las personas que le rodeaban. Algo que puso en práctica al heredar la posada en la que trabajaba, la cual transformó en la «Casa de Comidas Benjamín».

El joven chef reinventó sus platos, ofreciendo sabores distintos y porciones más pequeñas a precios reducidos para que los clientes pudieran probar varios platos. Benjamín contaba con algo especial que lo hizo famoso en la ciudad. Un arte a la hora de cocinar, que hacía que sus platos fueran insuperables, ya fuera por la selección de ingredientes de alta calidad, la cocción precisa o su toque secreto.

La Casa de Comidas Benjamín se hizo famosa en toda la ciudad de Málaga y más allá, atrayendo a viajeros y marineros que llegaban al puerto. Allí encontraban un refugio, tanto por el efecto reconfortante de sus platos como por el placer de sentirse cuidados y escuchados.

Su legado vivió mucho tiempo después de su muerte, y su Casa de Comidas sigue siendo recordada como un lugar donde la pasión por la cocina y la atención al cliente se combinaban para crear una experiencia única. Un legado al que queremos dar continuidad con el máximo cariño y respeto posibles. Por la tradición. Por las buenas costumbres.

Por los malagueños y las malagueñas. Por los viajeros y las viajeras que elevan esta maravillosa ciudad. Por Benjamín. Por Yasmina. Por ti.
Esta historia también la continúas tú. Bienvenido a nuestra casa de comidas.